El camino de la robótica

PorFrancisco Bellas Bouza

El camino de la robótica

Últimamente se oye hablar mucho sobre la inteligencia artificial y la robótica y cómo va a influenciar nuestras vidas en el futuro, generalmente basándose en visiones apocalípticas fomentadas por distintas fuentes y, sobre todo, películas, que buscan un alto grado de acción y efecto sobre el espectador.

Mucho menos se habla sobre sus beneficios, más allá de su función de trabajadores incansables que pueden manejar cargas muy superiores a los humanos.

Sobre todo, casi no se menciona su capacidad de colaborar en los procesos educativos de nuestras nuevas generaciones y todo aquello que ofrecen para mejorar  las habilidades y aptitudes de nuestros niños de una manera divertida e interesante que permita un desarrollo más autónomo e interactivo a través de la exploración, la resolución de problemas a modo de juego o la colaboración en la realización de proyectos.

Esta área, a la que se le ha llamado robótica educativa, aunque también, desde un punto de vista más holístico le podríamos llamar robótica para niños o robótica infantil abarca todos los procesos de educación y aprendizaje de los niños. Procesos que van desde sus primeros pasos de interacción con el mundo, a través de robots con grandes capacidades de interacción inteligente, que permitan enganchar a esos pequeños en juegos (sutilmente dirigidos al aprendizaje de conceptos y habilidades básicas, bien sean motoras o, incluso de razonamiento y planificación), hasta su uso como herramientas de enseñanza o a través de robots con capacidades de programación explícita, generadores de experimentos matemáticos, físicos o de cualquier otra índole que potencien el aprendizaje formal de los alumnos.

En este último sentido, hablamos del robot para programar o, incluso de los robots para docentes, ya que se convierten en herramientas pedagógicas a disposición del profesor que facilitan y hacen más interesante y divertida la impartición de ciertos tipos de conocimientos. Un caso claro es el del robot para  programar, aunque se puede pensar en robots para calcular, robots para aprender normas de conducir, robots para el estudio de interacciones complejas, etc. Actualmente, la aplicación de la robótica educacional y sus posibilidades se limitan a algunos talleres de robótica, generalmente enfocados a alumnos de secundaria y a pequeñas charlas o eventos fomentados por diferentes asociaciones como la FLL o los talleres de robots en Coruña. Todavía no se está explotando la capacidad real que estos sistemas tienen en el ámbito de la escuela y, especialmente en el caso de robots para niños de primaria. Es, por lo tanto, una necesidad importante el empezar a plantearse la utilización de sistemas robóticos inteligentes como elementos integrales en la educación de una manera integral, esto es, en todas las etapas de desarrollo del niño. Así, es de rigor empezar a contemplar cómo podemos abordar la realización de robots para niños de primaria, robots que han de ser eminentemente interactivos, que atraigan a los niños para jugar con ellos y que esos juegos lleven a la adquisición de conocimientos y habilidades, tanto en ámbitos tecnológicos como de formación básica. También y de una forma gradual según el niño se va haciendo más mayor y capaz, hay que fomentar proyectos de robótica para colegios que lleven a fomentar nuevas habilidades y a aprender nuevos conocimientos en el marco de la educación formal, conocimientos y capacidades base como la capacidad de planificación, de secuenciación, de desarrollo de estructuras lógicas coherentes, de colaboración en proyectos que han de generar un efecto conjunto, división del trabajo, etc. Todo ello facilitará el posterior desarrollo del alumno al proporcionarle una base para futuros aprendizajes, incluyendo el aprendizaje de disciplinas más técnicas como son la programación, el diseño, la construcción de dispositivos, en definitiva, la capacidad del alumno de solucionar problemas en un mundo tecnificado.

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Francisco Bellas Bouza administrator